Supongo que como yo, el
98 por ciento de la población española no se ha despegado en dos días de la pantalla de la televisión, asistiendo con
gran interés al debate sobre el malESTADO DE LA NACIÓN. Y es de comprender,
pues la situación así lo requería, además – ingenuo de mi – yo contaba con que nuestros
representantes políticos saliesen a la palestra para pedir perdón por sus
pecados, errores y desatinos, que son muchos, y demostrar a los ciudadanos que
tienen firme propósito de enmienda.
Pero si, si, de eso nada
y de lo otro tampoco. Aquí nadie se considera culpable de haber saqueado y
arruinado a este país. Se han pasado 48 horas echándose la culpa los unos a los
otros, pero ninguno reconoce que ya sea por acción o por omisión, todos han
demostrado durante los últimos años una gran incapacidad para gestionar los
destinos de este su cortijo.
Lo más terrible es,
que ninguno de los que están allí sentados tiene conciencia cierta de estar haciéndolo
mal, y se mantienen en la descarada postura de pedir a los ciudadanos que les
sigamos "conservando" en la poltrona aunque sea en malESTADO. ¿No se lo que les
durará esto?, me huele que se les ha pasado ya, la fecha de caducidad.