Revilla de Campos (Palencia-Spain) |
Se me comenta, con datos en la mano, que como ¡España ha ido
pa mejor! cada vez han sido más los españolitos “de a pie” que este año han
decidido pasar sus vacaciones en el pueblo, si es que tienen la suerte y el
privilegio de tener pueblo, ¡que esa es otra!. La cosa, según parece, no es tan
difícil, ya que la ahora variopinta y neoliberal España está habitada,
construida y edificada, sobre cimientos humanos de origen “paleto”. Un ochenta
por ciento de los actuales “urbanitas” españoles somos de origen “rústico”.
Este país, hace cincuenta años era un inmenso “pueblón” en el cual se llevó a
cabo una emigración interior, surgiendo como consecuencia de ella, las
masificadas y mal estructuradas metrópolis que hoy nos asfixian, embrutecen y
cohiben.
Haberles ahíles, que no tienen pueblo, o si le tuvieron
se han olvidado de él, y optan por inventárselo o adoptar uno. Estos
“adopcionistas” de la segunda vivienda, el “acosado” o la casa de fin de semana, son los mayores
defensores de la vuelta a la vida rústica y “natural”. Armados con un
cortacesped, veinte metros de manguera de regar y unas bermudas, pueden llegar
a ser “peligrosos” y hasta integristas de la vida natural. Estos nuevos colonos
del medio rural están recuperando parcela a parcela, kilómetros cuadrados de
terrenos que hasta ayer mismo, eran eriales y abrojeras de suelo rústico, que
por el “milagroso” buen hacer de algunas corporaciones locales, se han
convertido - de pronto - en urbanizables.
¿Quién nos dice, que en manos estos “neorrepobladores”
no esté el futuro de nuestros pueblos?. Que conste, que ilusión no les falta. Les
encanta el pan de su pueblo, si es que todavía tiene panadería, el canto de la
alondra, el ulular de la lechuza y hasta el zumbido de los mosquitos.
De verdad. Hoy tener casa en el pueblo, es un
verdadero privilegio y si ha sido heredada, mejor. No te digo nada, si encima,
tienes la suerte de tener un pariente – con el que te lleves bien – que durante
todo el resto del año: te la cuide, repare y encima no te lo cobre. ¡Miel sobre
hojuelas!.
¿Y cuando llega la noche?. ¡Ahí te quiero ver!. No hay
pueblo de nuestros contornos, que en Agosto no celebre las “neo” fiestas
patronales, ya que las antiguas eran el once de noviembre y por esas fechas ya
no quedaba ni Dios en la localidad.
©
GONZALO ALCALDE CRESPO (La Firma - La Ser 2014)
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