Soy bombero y como todas noches en las que me toca estar de reten, a la espera de que algún brigadista en paro le de por pegarle fuego al monte para así mantener la media de incendios del verano, me paso el rato viendo la telemierda que se emite en la mayoría de las cadenas televisivas de este país.
Hace un par de noches tuve suerte y pille
una peli guapa: “Cuatro bodas y un funeral”
así que me puse a verla. No llevaríamos ni diez minutos de proyección cuando
cortaron su emisión, para que en tromba y sin aviso saliesen varios adivinos prometiéndome
que mi mujer iba a volver pronto conmigo, cuando hace ya cuatro años que falleció.
A renglón seguido aparecieron unos casposos y unas tetonas que me intentaron vender
un rodillo que recoge las pelusas de debajo de las camas, unos rellenasostenes
y un ungüento para eliminar los hongos de las uñas de los pies... etc
Conclusión, que cuando me incorporé a ver
la película me había perdido las cuatro bodas, y solo pude asistir al final del
funeral. Así que de rabia arranqué la televisión y la tiré por el váter, para
que la mierda se junte con la ídem, que también es reciclar.