Espino (Valdeolmillos - Palencia) |
Solo les veían ellos, y
los demás nos desojábamos buscándolos. ¡Vemos brotes verdes! decían las bocas
de los políticos, esos agujeros negros por donde aparecen y desaparecen con la
misma facilidad las verdades y las mentiras, como en las chisteras de los prestidigitadores.
Ellos, solo ellos, veían
brotes verdes por todos los prados de asfalto que pisoteaban, alguno hasta
oía crecer la hierba bajo sus zapatos,
por eso alguien se apresuró a segarla, y sin querer – o queriendo - le cortaron
las piernas al zapatero, pero a la altura del pescuezo.
Ha pasado el tiempo, y llegados
a este punto todos ya sabemos (ellos también) que el árbol de la economía esta
seco, y que los brotes verdes se han convertido en duras espinas, una corona de
espinas que amenaza con acompañarnos camino del calvario, sobre todo si algunos
Pilatos del impero no se lavan las manos y lo arreglan pronto (ecce homo).