miércoles, 16 de enero de 2013

Brotes verdes

Espino (Valdeolmillos - Palencia)

 Solo les veían ellos, y los demás nos desojábamos buscándolos. ¡Vemos brotes verdes! decían las bocas de los políticos, esos agujeros negros por donde aparecen y desaparecen con la misma facilidad las verdades y las mentiras, como en las chisteras de los prestidigitadores.
 Ellos, solo ellos, veían brotes verdes por todos los prados de asfalto que pisoteaban, alguno hasta oía  crecer la hierba bajo sus zapatos, por eso alguien se apresuró a segarla, y sin querer – o queriendo - le cortaron las piernas al zapatero, pero a la altura del pescuezo.
 Ha pasado el tiempo, y llegados a este punto todos ya sabemos (ellos también) que el árbol de la economía esta seco, y que los brotes verdes se han convertido en duras espinas, una corona de espinas que amenaza con acompañarnos camino del calvario, sobre todo si algunos Pilatos del impero no se lavan las manos y lo arreglan pronto (ecce homo).