viernes, 10 de mayo de 2013

Querer al poder

Congreso de los Diputados (Madid-Spain)

  Decían los romanos, que “poder que no abusa, no es poder”, y desde entonces hasta ahora esta máxima se ha llevado a la práctica con continuada y pérfida constancia. El abuso de poder se ha dado en todos los modelos de gobernanzas de la sociedad, fuesen estas tiranías, oligarquías, repúblicas, monarquías o democracias.
  En otras palabras, el abuso del poder, es una situación donde la autoridad o el individuo que tiene poder sobre otros debido a su posición social, conocimiento o riqueza utiliza ese poder para su beneficio, y a su vez permite que otros sean explotados. ¿Les suena...?
  El poder que se les obsequia a los políticos y funcionarios públicos de un país, es otorgado con el fin de ser utilizado para mejorarlo en todos sus aspectos. Por lo tanto, quien tenga el poder debe identificar cual es el interés común de los ciudadanos, trabajar por el pueblo y realizar obras y actos que ayuden a muchos y que no afecten a nadie. Siempre se ha de buscar que el poder se utilice para el beneficio total de la sociedad.
  Lo que sí es cierto es que “el poder” muchas veces se ejerce desequilibradamente y a favor de quienes ostentan otros poderes en la sociedad, y cuando esto ocurre decimos que el poder se ha corrompido. Y en esas estamos, sumidos en una corrupción que amenaza con generalizarse, y que si nadie la para puede dar origen a un no deseado abuso de autoridad.
  Y es que la corrupción es una de las manifestaciones más claras del abandono por parte de quienes ostentan el poder político, de la búsqueda del bien común, para reemplazarlo por la consecución de un desmedido beneficio propio. ¿A que también les suena...?
  Dicho esto, ¿todavía alguien se pregunta el porqué de la desafección de la sociedad al poder, o de porqué el ciudadano no quiere al poder?. Si ya lo dijo el cordobés Lucano (s.I) nieto de Séneca: “aléjese de los palacios el que quiera ser justo, la virtud y el poder no se hermanan bien”.