miércoles, 30 de enero de 2013

Una isla en el corral

Puerto de Mazarrón (Murcia-España)
  Ni Daniel Defoe en su Robinson Crusoe, ni el escocés Robert Louis Stevenson en su Isla del Tesoro, hubiesen sido capaces de suponer que aquellos islotes perdidos y exóticos que ellos imaginaron - más que vieron - pudieran recrearse en el corral de una casa de vecindad; y en cambio ahí lo tienen, todo un islote de naufrago con palmeras rodeado de agua por todas partes menos por una, que directamente da al erial del solar de al lado.
  Un paraíso artificial creado por un listo promotor inmobiliario, al que seguramente en su día le quitaron los pisos de las manos. Y la cosa no pasaría de ser nada mas que otro anecdótico ejemplo de la horterez que ha dominado la sociedad de nuevos ricos de estos últimos años, si no fuera porque la imagen está tomada en una población de la costa Mediterránea en la que el litoral marino está a menos de doscientos metros de allí, y donde además abundan los islotes y playas de arena natural.
  Pero nó, eso no era suficiente, había que poner una isla en el corral, bueno pues ya la tenéis gilipollas, pero que sepáis que cuando os estéis ahogando y arrojéis una botella a vuestro pequeño mar de agua clorada pidiendo auxilio, esta solo llegará al solitario y abandonado solar de al lado, y seguramente nadie (incluidos los bancos que os dieron la hipoteca) vaya a prestaros ayuda.  

miércoles, 16 de enero de 2013

Brotes verdes

Espino (Valdeolmillos - Palencia)

 Solo les veían ellos, y los demás nos desojábamos buscándolos. ¡Vemos brotes verdes! decían las bocas de los políticos, esos agujeros negros por donde aparecen y desaparecen con la misma facilidad las verdades y las mentiras, como en las chisteras de los prestidigitadores.
 Ellos, solo ellos, veían brotes verdes por todos los prados de asfalto que pisoteaban, alguno hasta oía  crecer la hierba bajo sus zapatos, por eso alguien se apresuró a segarla, y sin querer – o queriendo - le cortaron las piernas al zapatero, pero a la altura del pescuezo.
 Ha pasado el tiempo, y llegados a este punto todos ya sabemos (ellos también) que el árbol de la economía esta seco, y que los brotes verdes se han convertido en duras espinas, una corona de espinas que amenaza con acompañarnos camino del calvario, sobre todo si algunos Pilatos del impero no se lavan las manos y lo arreglan pronto (ecce homo).


sábado, 12 de enero de 2013

INTELIGENTES

Cuadro (Galeria de arte Arimany - Tarragona)

  23 millones de teléfonos inteligentes - según parece - llevamos en el bolsillo los españoles. Lo que quiere decir que la otra mitad, o no tiene teléfono o lo tienen tonto, que debe ser como no tenerlo. Y es que hoy con los teléfonos pasa como con los relojes, que hay algunos que hasta te dan la hora.
  En menos de un lustro este país ha pasado del teléfono negro de baquelita de Gila, que era un teléfono tonto, desde el que solo se podía llamar al "enemigo", a lo ultimo de lo penúltimo, el teléfono que casi lo hace todo. Me han dicho que hay gente que no se habla con la familia, pero si con el teléfono. Y que algunos hasta te apagan las luces de casa, cosa que no consigues que hagan tus hijos.
 Así que yo al mío (que es inteligente) le he preguntado como se puede arreglar esto de la crisis, y me ha dicho que no lo sabe, “pero que lo puede mirar en Internet”, así que como me lo solucione me voy a vivir con él, le propongo que haga un partido político con los otros veintidós millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve teléfonos, y que nos gobiernen ellos, que estoy hasta los huevos de que nos dirijan tontos que o no contestan, o solo saben llamar al enemigo.