sábado, 20 de enero de 2007

VAMOS COMO LOCOS


No lo digo yo, lo dicen las estadísticas y la cartilla de los puntos. La carretera se ha convertido en una de las primeras causas de muerte por accidente en muchos de los países de este apresurado primer mundo. Todos los fines de semana, puentes y fiestas de guardar caemos como pajarillos en autovía nueva. La muerte - esa eterna enemiga - se agazapa buscando descuidados, o aliándose a los inconscientes del acelerador.
A estas tragedias viarias las denominamos genéricamente como “accidentes”, cuando mucho de ellos no lo son, pues un accidente es un “suceso eventual o acción del que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”. Todos sabemos que en muchos de estos percances la involuntariedad es la última excusa de su origen, pues muchas veces se encuentra en el retorcido laberinto de la insensatez humana, en la falta de sentido común, y hasta en la ausencia de respeto al prójimo, sea este humano o semoviente, como el pardillo de la foto.
De todos modos la pregunta que ya nadie nos podrá responder, es la de ¿cual de los dos iba como un loco?.