jueves, 9 de abril de 2020

Confinados

 Los portugueses y los canarios conservan una tradición conocida como el “día de finados”, que celebran el 2 de Noviembre y es semejante a nuestra conmemoración de el día de los “fieles difuntos”. Bueno, pues nosotros a partir de este mes de Marzo de 2020 tendremos que ir pensando en celebrar en años venideros (los que sobrevivan a esto) el tiempo en que estuvimos “confinados o con-finados”, es decir condenados a vivir en una residencia obligatoria y además rodeados de muertos, los que día a día nos desgranan los medios de comunicación (cuando escribo esto ya superamos los 15.000 fallecidos, solo en España), es increíble y una verdadera calamidad. Pocas guerras han provocado tantas víctimas en tan poco tiempo.
Confinados (de Internet)
  El escritor Daniel Defoe, más conocido como autor de ‘Robinson Crusoe’, escribió una novela titulada ‘El diario del año de la peste’ donde describía casi como en una crónica periodística, la plaga que llegó a Holanda en el año 1664.      
  Así mismo el pieds-noirs y meapilas del Premio Nobel francés de Albert Camus también tocó el tema, con su novela La Peste (1947), donde trata de manera simbólica una epidemia en Oran, con unos personajes más preocupados por encontrar la dignidad y la fraternidad humana que por acabar con la propia epidemia, de ahí la celebre frase “lo peor de la peste no es que mata los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo es horroroso”. 
  Y ese horroroso espectáculo es el que estamos viviendo en este país con esta pandemia del coronavirus: imprevisión de un gobierno novato, degradación neoliberal de la Sanidad Pública, el lamentable y egoísta “sálvese quien pueda” de la Unión Europea, y una infame oposición política que piensa más en derribar al gobierno de coalición, que en enfrentarse a esta calamidad. Almas perversas y desnudadas. Y a todo esto, mientras unos se enfrentan directamente al bicho, otros lo más que podemos hacer es estar confinados o viviendo con-finados, que también es muy duro, pues no tenemos fecha de caducidad para esta verdadera guerra biológica.