domingo, 9 de septiembre de 2012

LIBROS DE VIEJO

Librería de viejo (Haro - La Rioja)
  Pocos ya se recordaran, pero cuando en este país no existían bibliotecas publicas, que no fue en la Edad Media sino ayer mismo, la única forma de poder leer variada y baratamente era recurrir a unos pequeños establecimientos que facilitaban - por una módica cantidad - el intercambio de TeBeOs y novelas (policíacas, de amor y del oeste).
  Normalmente estaban instados en portales o cuchitriles en los que además se vendía tabaco suelto, alguna golosina en cucurucho y hasta citas y confidencias alcahuetas o políticas. Solían estar regentados por viudas o inválidos del bando republicano, porque a los del nacional se les reservaba los estancos, ordenancías o alguna portería de casa bien.
  En aquellos oscuros "nichos del saber" algunos descubrimos la pasión por la lectura, leyendo tebeos y novelas manoseadas por mil manos y dos mil ojos, eso que ahora se llaman "libros de viejo" y que muchas veces teníamos que leer a escondidas pues nuestros padres decían que nos "podían pegar algo", además de que era sospechoso que “el niño lea tanto”, a ver si nos va a salir intelectual y ya la hemos jodido, que esos suelen ser de izquierdas.