![]() |
La dama de las manos rotas Huerta Guadián de Palencia (Spain) |
Cuando
en esta parte del hemisferio norte, de este caos que prepotentemente llamamos
mundo, todo dios se tiende con la barriga o las posaderas al sol, o como es mi
caso, se permite el lujo de desayunar en el jardín (que no tiene) o conversar
con su jardinero invisible. A una parte del otro medio, el de los pobres y
negros, (y todos los años es lo mismo), les da por entrar en guerras, o morirse
a millares de hambre, sed, ébola y otro tipo de calamidades.
Africa,
todos los años nos “da el verano”: Etiopía, Eritrea, Somalia y este año Guinea,
Sierra Leona y Nigeria. Con los calores de nuestros veranos se agostan vidas
humanas por miles, en ese pozo de horrores sin fondo que es Africa. Morirse
allí, es más fácil que quedarte sin trabajo aquí. Con la misma apatía con la que
escuchamos las cifras del paro en Europa, leemos las de los miles de muertos en
el ombligo de Africa. Y como telón de fondo, y como santo remedio para la
tranquilidad de las conciencias, el requiebro verborreico de todo político
internacional que se precie. La invocación a la palabra mágica, el abracadabra
del saco de las resoluciones, el eterno y gratuito recurso a la
"solidaridad universal". El pan para hoy y hambre para mañana. ¿Y
mañana?. Pues mañana, vuelta a empezar: festivales y conciertos benéficos, con
tonadilleros de moda, echarse agua fría por la testuz y otras memeces. Números
de cuentas bancarias. Papas y popes, flexionando narices, en países condenados
a la muerte y al hambre eterno. Y sobre todo: muchas declaraciones, muchas
opiniones, mucho echar las manos a la cabeza, que sostienen unas caras
circunspectas e incrédulas. ¡Nadie sabia, nadie conocía!.
Dentro
de unos meses, cuando a ustedes se les haya desvaído el bronceado y a mi se me
haya despedido el jardinero. Nos dirán que la solidaridad internacional ha
funcionado. Nuestra conciencia se volverá a instalar tranquila y sosegada entre
el Fondo Monetario Internacional, la ONU y la Bolsa de Londres... et voilà.
[c] GONZALO ALCALDE CRESPO La Firma - La Ser 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario